El sexo anal preserva placeres inimaginables, deleites reservados tan sólo para quienes que no temen manchar su espada. Y aunque es importante saber que sometimes shit happens (🤭), nunca está de más la seguridad que te dan unas cañerías limpias. He aquí la importancia de la higiene en el sexo anal.
Oscuro y fruncido como un clavel violeta
respira, tímidamente oculto bajo el musgo;
el licor del amor todavía
lo humedece
y fluye por el leve declive de las nalgas.
Filamentos parecidos a lágrimas de leche
lloran ante el triste soplo que los arrastra
a través de piedritas de abonos arcillosos
hacia el declive que ahora los reclama.
Paul Verlaine y Arthur Rimbaud, Soneto al hueco del culo.
¿Recuerdas tu primer experiencia con el sexo anal? Cualquiera que haya sido el rol desempeñado en aquella ocasión, puedo asegurarte que por lo menos una vez pasó por tu cabeza algo relacionado con la higiene de tu pareja. «¿Me habré limpiado bien?», «¿Me va a dar alguna infección con esto?». Lo cierto es que todos tenemos un ano y sabemos que una de sus funciones es la de evacuar los desechos sólidos de nuestro cuerpo, por lo que el hecho de que te metan algo por allí, de entrada, perturba.
Por Detroit.
Aunque no es ninguna novedad que el sexo anal es una fuente interminable de placer, tiene poco tiempo que esta práctica se ha vuelto popular entre los heterosexuales (sí, incluso entre hombres heterosexuales ¡bien por ustedes, chavos!). Existen muchos tabús y mitos en torno al sexo anal: que si es una práctica sucia, que no es una forma natural de tener sexo, que sólo lo aceptan mujeres «fáciles», que los hombres que lo practican son enfermos, o que aquellos que lo reciben son gays. Independientemente de tu género o tu orientación sexual, el sexo anal puede ser una práctica placentera sobre todo si todo se realiza con la higiene necesaria.
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La higiene en el sexo anal.
El ano cuenta con más terminaciones nerviosas que la vagina (niñas, pruébenlo sin miedo al éxito); además al punto P (de próstata) sólo se tiene acceso por la puerta trasera, y es este punto el sitio donde el orgasmo masculino puede ser llevado al extremo. La higiene en el sexo anal es una aliada para conocer de primera mano esta faceta de tu sexualidad.
¿Qué hago?
Ve al baño.
Unos minutos antes de comenzar el delicioso, haz una visita al inodoro y relájate. Deja que todo fluya y que se vaya lo que se tiene que ir.
Cuida tu dieta.
¿Really? ¡Vas a tener sexo anal, no puedes estar estreñido o tener diarrea! Procura no comer alimentos irritantes varias horas antes (incluso días).
Enemas limpiadores.
Los encuentras en cualquier farmacia. No debes confundirlos con los enemas laxantes, ya que estos llevan medicamentos. Los enemas limpiadores son unos botecitos con una solución acuosa que ayudan a evacuar las heces que tenemos en el recto.
Es importante en primer lugar, el uso de agua y jabón para la parte externa del ano. Este método funciona mediante la distensión del colon, al que se le introduce un volumen de líquido para generar la expulsión de materias fecales retenidas.
Duchas anales.
También las encuentras en cualquier farmacia e incluso en muchas sex shops te venden accesorios que se acoplan a la manguera de tu baño. Las más sencillas son peras de goma que se llenan con agua tibia, para después introducir su extremo en el ano y posteriormente desechar el agua introducida con los restos de heces. Las duchas que se instalan en la manguera son también de un uso muy sencillo:
- 1. Instala el dispositivo enroscando el accesorio a la manguera.
- 2. Controla la temperatura del agua para que esté tibia, a una temperatura confortable.
- 3. Reduce la presión del agua. A menor presión más confortable.
- 4. Siéntate en la orilla de la tina, o en cuclillas dentro de tu ducha.
- 5. Posiciona la ducha justo fuera del orifico anal, deja que entre agua unos segundos y retírala. (La temperatura relajará el esfínter y luego podrás introducirla un poco si lo deseas, aunque no es necesario).
- 6. Expulsa el agua de la cavidad rectal y repite hasta que salga limpia. (Te llevará unos intentos).
- 7. Descansa unos minutos y repite. (Solo si crees que es necesario).
Importante:
Tómate tu tiempo.
No es necesario insertar completamente el dispositivo elegido para realizar un lavado perfecto.
Un exceso de agua puede no necesariamente ser mejor. Solo necesitas limpiar la parte final del recto.
Explora y aprende. Puedes descubrir una nueva forma de placer.
Una higiene adecuada ayuda a disfrutar del sexo anal, ya que te relajarás y dejarás de pensar en los posibles accidentes, dejando en paz todo lo que ocurra al sur de la frontera.
La lubricación es fundamental para cualquier tipo de penetración.
…pa’ eso que no mame.
El beso negro o anilingüs no se caracteríza por ser la práctica sexual más higienica (ya sé, ya sé… a mi también me encanta…), por lo que es siempre recomendable el uso de un método de barrera para practicarlo. Este puede ser un condón cortado de manera transversal o bien, un trozo del plástico delgado y autoadherente que se usa para envolver alimentos.
Let’s play
Investiga qué juguetes sexuales pueden servirte de apoyo para practicar antes del show principal. Puedes comenzar a experimentar a solas para conocer tu cuerpo con confianza e intimidad, o bien puedes usar los juguetes con tu pareja. Por nombrar solamente algunos de los artículos que pueden ayudarte a hacer esta exploración, están los plugs anales, los arneses, las bolas tailandesas, los dildos y los vibradores anales.
¿Qué tan útiles te han resultado estos tips para tu higiene en el sexo anal?
Si tienes dudas más específicas no dudes en consultar a tu médico de cabecera. Recuerda que la comunicación con tu pareja es indispensable para que el sexo sea de lo mejor.
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