Durante la competencia de patinaje de velocidad, el patinador gay mexicano, Jorge Martínez, logró un tiempo de 24.777 segundos, con los que recorrió 300 m contrarreloj, alcanzando la medalla de bronce.
México.- Por lo menos desde el 2016, Jorge Luis Martínez supo que se avecinaba una tremenda cantidad de atención sobre su persona, en realidad lo raro sería que todo el interés que genera un deportista exitoso como él, fuera desaprovechado. Y es que justo en ese año, Jorge consigue convertirse en el primer mexicano en ser campeón del mundo en el patinaje de velocidad sobre ruedas. Fue en ese momento en que el patinador tuvo claro que aprovecharía toda la atención ganada para convertirse en un referente, un ejemplo para su comunidad y para futuras generaciones.
Una cara conocida.
Jorge participó con éxito también en los Juegos Panamericanos Toronto 2015, y años más tarde, su cara (y sus piernas 🤤) volverían a ser centro de miradas al participar en el programa de televisión Exatlón, en donde fue el séptimo concursante en abandonar la contienda. Este agosto, Jorge Luis Martínez consiguió la medalla número 99 para la delegación mexicana en Lima 2019 al participar en la modalidad de 300 metros contrarreloj, ganando la medalla de bronce, misma que le dedicó a su madre.
Pero el orgullo no termina aquí. Para Jorge era de suma importancia lograr estar en el podio para, desde allí, dar un mensaje de igualdad, de equidad y de inclusión, demostrando que “cualquier tipo de persona, con cualquier preferencia sexual puede ser una persona exitosa y lograr sus sueños”. Y es que aunque para ti, amable lector, sea un hecho evidente, mucha gente conserva aún prejuicios y dogmas nada productivos. “Entonces si me puedo sumar y tengo la madurez para poder hacerlo y me siento mucho más cómodo con eso, pues lo voy a hacer. Soy gay y estoy muy orgulloso de poder decirlo“
Medallista gay mexicano.
Tras obtener su bronce, Jorge Luis ondeó junto con la bandera mexicana, la bandera arcoiris que representa a la comunidad LGBT+, saliendo del closet de manera pública y a nivel nacional. Jorge acepta que tener una posición hasta cierto punto privilegiada por logros como los de él, otorga más seguridad a la hora de tomar esta decisión, aunque también señala que el primer paso es quererte a ti mismo, aceptarte tal cual eres, con lo que todo lo demás pierde relevancia.
Claramente el patinador no es el único deportista homosexual en México, pero esto puede ser interpretado como un parteaguas con el que la industria deportiva podría verse beneficiada con una apertura hacia el respeto y la inclusión. Jorge Luis confía en la inteligencia y buena conciencia de las marcas para las que es embajador y espera seguir contando con su respaldo, al igual que prevé que la reacción de la Federación de patinaje y de la CONADE sean positivas, puesto que asegura “algún chisme les habrá llegado aunque son pocos los que se han atrevido a preguntármelo en la cara, pero yo no niego ni escondo nada, entonces seguramente sí intuyen o saben”.
Ejercicios de visibilización y protesta como el de Jorge Luis son vitales para que sigamos avanzando como sociedad. Todos tenemos closets de los cuales es apremiante salir, closets a los que hay que hacerles frente tomando espacios que nos pertenecen y haciéndonos oír.
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